sábado, 28 de julio de 2012

SOBREMESA


           Y bajáramos, cada día ¿no?, del barco
del tedio gregario del tráfago a la cena
y  trasns – (/bordáramos
            /formáramos)
corazonadas en furtivos, quizá feraces
sorbos de acerbo vino alcoholado  
                        y viendo llover.

De la premura a la cena, bajáramos
prontos a abolir la dialéctica, que no
me sepas escuchar. Pienso: debo
            hacerme la idea, no
entristecer si yo,
yo era, yo tarde tal vez, palabras y ahora
soy lo aprendido, lo olvidado lo vivido y
quizá más allá, la trémula imagen, la
translúcida transida
            imagen siempre posible
de una reniñez ¿no?, o de una muerte y no
este agujero, oscuro de tiempo, colmado
de áncoras, de ti y de mí, saciado
de madre volviendo
silbando trayendo ¿no?
su guapa fuente de vianda humeante.

Disfrutemos pues, plácidos, la última
copa de vino, la
última y mirémonos
noctámbulos
nictálopes
largamente los ojos, como hombres ¿no?
y comprendamos…

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