Y bajáramos, cada día ¿no?, del barco
del tedio gregario del tráfago a la
cena
y trasns – (/bordáramos
/formáramos)
corazonadas
en furtivos, quizá feraces
sorbos de
acerbo vino alcoholado
y
viendo llover.
De la premura a la cena, bajáramos
prontos a abolir la dialéctica, que
no
me sepas escuchar. Pienso: debo
hacerme
la idea, no
entristecer si yo,
yo era, yo tarde tal vez, palabras y
ahora
soy lo aprendido, lo olvidado lo vivido
y
quizá más allá, la trémula imagen, la
translúcida transida
imagen
siempre posible
de una reniñez ¿no?, o de una muerte y
no
este agujero, oscuro de tiempo, colmado
de áncoras, de ti y de mí, saciado
de madre volviendo
silbando trayendo ¿no?
su guapa fuente de vianda humeante.
Disfrutemos pues, plácidos, la última
copa de vino, la
última y mirémonos
noctámbulos
nictálopes
largamente los ojos, como hombres ¿no?
y comprendamos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario